viernes, 19 de enero de 2018

Descubierta la cueva inundada más grande del mundo en el Gran Acuífero Maya




Herbert Meyrl/Proyecto GAM



El grupo de exploración subacuática del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM), logró conectar el pasado 10 de enero, después de una temporada de trabajo de 10 meses, la conexión de dos de los sistemas de cuevas inundadas más grandes del mundo, conocidos como Sac Actun (263 km) y Dos Ojos (84 km) en Tulum, en la Riviera Maya de México, dando como resultado una cueva subacuática de 347 kilómetros. De acuerdo a las normas de espeleología, cuando dos sistemas de cuevas se conectan, la cueva más grande absorbe a la más pequeña, por lo que el nombre de esta última desaparece. Así pues, el sistema Sac Actun (cueva blanca en maya) es considerado ahora el más grande del mundo. Ahora la meta es conectar a Sac Actun con los otros tres sistemas de cuevas subacuáticas, los cuales están muy cerca uno del otro, localizados en el municipio del Tulum.

Estos cientos de kilómetros de pasajes subterráneos se han convertido en verdaderos túneles del tiempo y resguardan, entre otras cosas, la historia remota y reciente de Quintana Roo. “Esta inmensa cueva representa el sitio arqueológico sumergido más importante del mundo, ya que cuenta con más de un centenar de contextos arqueológicos, entre los que se encuentran evidencia de los primeros pobladores de América, así como de fauna extinta y por supuesto, de la cultura maya.” Asegura Guillermo de Anda, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia y director del Gran Acuífero Maya.

Este hallazgo es muy valioso, además, porque da pie y sustento a una gran biodiversidad que depende de este sistema enorme y representa una gran reserva de agua dulce que ha dado vida a esta región de la península de Yucatán, desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días. Con este y otros esfuerzos, el GAM busca entender mejor el subsuelo, su biodiversidad y la relación del ser humano con el objetivo de lograr un adecuado aprovechamiento de los recursos naturales que dependen de este acuífero.




Los cenotes (del maya dzonoot: ‘hoyo con agua'), como se conoce en México a los inmensos hundimientos acuíferos u ojos de agua, ocupaban un lugar central en la cosmogonía maya. Eran el inframundo y el tercer nivel del universo maya, después del cielo y la tierra, pero sin una connotación negativa como el infierno del cristianismo. "Es una región muy poderosa, mágica, donde reina lo sobrenatural, donde habitaban los dioses y las deidades, donde convive lo bueno y lo malo, y era también de donde surgían los hombres", relata el investigador Guillermo de Anda. Los cenotes eran el escenario principal del mito de la creación de esa civilización, que se extendió desde el sureste de México hasta Honduras y El Salvador.




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