lunes, 12 de marzo de 2018

Bailarines en Kibera, el barrio pobre de Nairobi







En Kibera, la barriada chabolista más grande de Nairobi, Kenia -y también de África-, los miércoles por la tarde cuando terminan las clases, una de las aulas se transforma en un estudio de ballet. Se retiran los pupitres y las sillas y se barre el suelo. Un grupo de unas 20 niñas que llevan ropa de ballet de color azul, rosa y violeta esperan a que llegue Mike Wamaya, antiguo bailarín profesional y profesor de ballet. 























El fotógrafo Fredrik Lerneryd, que vive en Nairobi, pasó el último año y medio fotografiando a este grupo de bailarines. Las bailarinas (y bailarines) en sus fotos son jóvenes estudiantes que estudian baile por diversión. “Para empezar, el ballet está considerado, al menos para mí, como un tipo de danza de clase alta. No me esperaba encontrarlo en un asentamiento como Kibera”. Visualmente, los leotardos, las medias y los tutús dan toques de color al aula oscura. Y Lerneryd insiste en que “se trata de una historia sobre sueños, esperanzas, lograr algo más grande que la vida normal” que tendrían en Kibera.















Gracias a la financiación de Artists for Africa, una organización que colabora con la organización benéfica Anno's Africa, algunos niños, gracias a su talento, viven en un internado fuera del barrio y entrenan en el Dance Centre Kenia, un estudio de danza profesional situado en Karen, un suburbio de clase alta en Nairobi.


























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